Solo nos queda saltar.
Una caricia entregada entre miedo y deseo; por saber que
puede durar un día o veinte años, pero acabará, porque todo acaba, y sientes
que estás cayendo al vació sin poder evitarlo, porque no sabes si duele
más no hacerlo y lamentar el que hubiera pasado o lanzarte con todas las
consecuencias, sabiendo que el golpe puede ser mortal.
Es fácil, siempre
elegimos saltar, siempre elegimos caer contra la realidad, pues lo que nos
aferra a la vida es sentir que vamos
al límite ,esperando que la red que soporta la caída sea tan fuerte como para aguantar el miedo ,
la inseguridad, y la esperanza con la que nos lanzamos.
A veces funciona y de
la caída salimos intactos, pero a veces la red era ficticia y chocamos con la
temida realidad que sonriendo nos dice que así es la vida y que nos toca volver
a empezar.
Parece difícil, pero recuerda que te lanzase con miedo,
inseguridad y esperanzada. Queda las dos primeras en la caída y guarda la
esperanza para el siguiente salto. Porque sabes que volverás a lanzarte.
La felicidad le llega a quien sabe esperar.
No a quien espera que le llegue la felicidad.
#microcuento.
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