Lo que me atrevo a decir cuando te echo de menos.

Son las dos de la mañana. Las dos de la mañana y por mi cabeza solo pasan las ganas que tengo de llamarte. ¿Llamarte para qué?.
Siempre me ha costado poco escribir sobre lo malo que me pasa, pero cuando se trata de escribir lo bueno siempre me cuesta más. No me siento cómoda en la zona de confort. Quizá es que he estado demasiado tiempo en constante alerta. Pero siento que es la hora de confesarte, de confesarme.
Sabes...no te esperaba, tampoco me esperabas, pero conseguimos hacernos un hueco en el que quedarnos, en el que querernos. Y es que, es curioso como en un momento la vida puede cambiar, y cambia sin apenas darnos cuenta.
Cambiaste mi vida, con una sonrisa pusiste patas arriba los pilares que me protegían, me quitaste el miedo, me hiciste sonreír, me hiciste confiar. Hiciste que mi cabeza encontrara en tu hombro el lugar perfecto para descansar, conseguiste y consigues hacerme sentir la protagonista del mejor best seller. Pero no uno cualquiera , no uno pasteloso sin más. Tú me haces la protagonista de la trilogía del momento . Contigo cada momento es capaz de tener intriga, acción, pasión.....aunque simplemente estemos tumbados en la cama.
Y sabes te sigo confesando y me sigo confesando. No soy gran cosa. Pero te regalo conocer el color cambiante de mi lunar, mi desordenado armario, mis lagrimas semanales, mis días en pijama...y eso es maravilloso.

Me confieso
que si te confieso
lo que quiero confesar
este confieso
solo tiene una confesión
te quiero
#microcuento.

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