Dime algo...

Dime algo que me haga recordar por qué merecía la pena, por qué merecías la pena. Dime algo que me haga entender por qué te fuiste, y por qué nunca volviste a recoger los trozos de este corazón que rompiste. Dime algo que me haga sentir de nuevo viva y me haga ver que eres humano. Dime algo que no sepa, dime algo que no me haga caer de nuevo, simplemente dime algo. Y si después de tanto tiempo no me has dicho nada es que quizá todo fue  una invención, una historia sin final feliz, una de esas películas que esperas que haya  segunda parte, porque deseas que al final los protagonistas acaben juntos. Pero esto no es una película, esta es la realidad, yo soy real, mi dolor es tan real que se hace insoportable. Mis inviernos me encogen como el sol lo hace con la nieve. Y al final solo me queda pensar que quién perdió fuiste tu, te deseo lo mejor que mereces y es que te enamores, que encuentres a esa persona que buscaste y no encontraste en mí, te deseo que seas capaz de engañarla como no pudiste hacerlo conmigo, porque ya sabes que  yo siempre supe que no era la única, que ella sea capaz de mentirte mirándote a los ojos, que sea tu consuelo al final del día, mientras tu para ella seas quién calienta su fría cama, que quieras luchar y encuentres ausencia y desconsuelo, y que cuando tengas tanto amor que duela huyas como ahora huyo yo de ti, porque esto es lo que hiciste conmigo, destruiste este amor en trozos tan pequeños que pensé que ya  era polvo, pero quedó un trozo que cogí para decirte que te deseo simplemente lo que mereces.
Y cuando pasen los años y miremos atrás yo podré decir que luché, perdí una batalla pero gané la guerra de mi vida.
Así que gracias, gracias por demostrarme que mi vida valía más que tu, que soy más fuerte y luchadora de lo que creía y que no soy de esas mujeres que creen que hace falta un príncipe para ser una princesa, porque sin ti ahora creo el reino más solido jamás conocido.